Esta acuarela de Ana Miralles pone de manifiesto todo lo que se exige a la mujer como persona. Tenemos el listón muy alto, desde luego. ¿Cómo destacar en la vida profesional, tener una familia, atender las mil cosas que llevamos en la cabeza, sin volvernos locas?
Pero lo más pesado no es eso, no se trata sólo del trabajo, a veces insufrible, que soportamos; lo peor es la falta de libertad: que tengamos que padecer el acoso de depredadores que consideran pueden violentar a una mujer siempre que se les antoje. Que hayamos de soportar descalificaciones, casi siempre de tipo sexual, cuando nos comportamos de forma diferente a como esperan; que intenten hacernos callar a gritos; que no entiendan que la igualdad entre hombre y mujer es un asunto de derechos humanos. Si no estamos en igualdad de condiciones, la sociedad sencillamente está enferma y nunca podrá progresar.
Cuando en el ámbito en que me muevo, el de la cultura, en los semanarios culturales estemos representadas igual que los escritores, empezaré a pensar que se ha producido una revolución cultural que lleva siglos de retraso. Cuando en la obra de escritores no aparezca violencia sobre la mujer, en forma de violaciones, palizas, insultos, pensaré que les preocupan los derechos humanos. Entretanto, estamos muy lejos de formar una sociedad igualitaria porque existe una clara discriminación de la mitad de la población. ¿Para cuándo un proyecto educativo que de verdad promueva la igualdad en las aulas, que intente erradicar este lastre que nos impide crecer como personas y como sociedad?
Teresa Garbí
Gracias por esa mirada y esas reflexiones. Seguro que en el 2017 también se homenajeará y visibilizará a las mujeres jóvenes, mayores, con y sin arrugas, con y sin tacones, con y sin michelines, … MUJERES REALES, INTEGRAS Y MÁRAVILLOSAS.
Muchas gracias por su comentario. Un abrazo