Óscar Curieses, en 2013, hizo esta entrevista, en Tendencias Literarias, a Carlos Fernández López, autor de Soundscape. Merece la pena leerla atentamente porque en ella descubrimos las claves fundamentales de la originalidad de su poesía.
Entresacamos un fragmento:
En tu trabajo aparece el diálogo con otras artes de forma casi recurrente, por ejemplo, la pintura y la danza. ¿Cómo se retroalimentan esas artes? Y me refiero no sólo a lo que la poesía pueda incorporar de estas sino también a lo que la poesía puede aportar.
En mi caso, el diálogo con las otras artes es una necesidad y una de las formas de asedio y encuentro con lo poético. Por eso quise incluir Materiales para el desastre en Vitral de voz. Considero el arte un proceso interactivo y plural y trato de ser consecuente con esta idea. A los 18 años vine a Madrid para poder estudiar Literatura Comparada y desde entonces no he dejado de interesarme por lo que hacen otros artistas y por cómo entienden ellos su práctica, sean músicos, bailarines, pintores, vídeoartistas o fotógrafos.
No dudo de la capacidad que tiene la poesía de fertilizar otras manifestaciones artísticas y viceversa. Hay múltiples ejemplos bien conocidos a lo largo de la historia y los modos en que la poesía ha alimentado a otras obras de arte son muy diversos. Así, a bote pronto, se me ocurre que la atención que determinados poemas prestan a lo liminar, su capacidad para aprovechar al máximo su materialidad gráfica y fónica y su trabajo delicado y profundo con los símbolos y la historia han marcado a artistas y obras de otras disciplinas.
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