(Fotografía de Gueorgui Efrón de niño, cedida por Lev Abrámovich Mnujin, experto en la obra y en la biografía de Marina Tsvietáieva).
Carolina Garvayo de Lara y Santi Pueyo, que trabajan para RBTH (Russia Beyond The Headlines),financiado por Rossíyskaya Gazeta, realizaron esta entrevista a la traductora del Diario de Gueorgui Efrón, Reyes García Burdeus, base de un magnífico artículo: «Gueorgui Efrón: la vida cotidiana durante el estalinismo».
Se trata de un documento verdaderamente interesante para quienes quieran conocer la vida y la obra de Marina Tsvietáieva o para quienes se interesen por esta época convulsa que les tocó padecer a Gueorgui y a su madre, Marina, durante la segunda guerra mundial y la represión estalinista en Moscú
1.¿Cómo surgió la oportunidad de traducir este diario?
Leí el Diario de Gueorgui Efrón, hace ya unos años, en 1994, me emocioné tanto que pensé que era un texto que tenía que traducir algún día.
Hemos de considerar que el hijo de Marina Tsvietáieva empezó a escribir su diario a los catorce años y que tan sólo cinco años más tarde, a los diecinueve, perdería la vida. Sin duda, esa circunstancia contribuyó a que su lectura, a la vez que cautivadora por su contenido y por la gran madurez, inteligencia y profundidad de las reflexiones de su autor, me resultara muy conmovedora. Me pareció un relato estremecedor al conocer de antemano que todos los anhelos que Gueorgui expresaba en sus escritos, su empeño en mejorar como ser humano, intelectual y moralmente, se vieron tan prematuramente truncados por el fatal destino que le aguardaba.
Entonces tenía otros proyectos y por eso tuve que retrasar la traducción. Simplemente empecé a traducirlo por placer, no era un encargo de la editorial. Ésta se puso en contacto conmigo, cuando ya estaba finalizando el trabajo.
2.¿Sobre qué manuscrito trabajó?
Los cuadernos de Gueorgui Efrón se conservaban en el Archivo Central Estatal de Literatura y Arte de Rusia. Los publicó en 1994 la editorial, ya desaparecida, Vagrius, de Moscú. La edición corrió a cargo de Elena Korkina y Verónica Losskaya. De esa publicación me serví para traducir el Diario.
3.Conocemos la obra de Ariadna Efrón, hija de Tsvietáieva, en el gulag ¿qué información relevante nos aporta el diario de su hermano Gueorgui?
Seguramente usted se refiere al libro donde se publicaron los escritos de Ariadna Efrón y de su amiga Ada Federolf: la editorial Vozvraschenie de Moscú, en 1995. Además de estos escritos también se publicó la biografía que Ariadna escribió sobre su madre: Ariadna Efrón, Acerca de Marina Tsvietáieva, publicada por la editorial Sovietski pisatel de Moscú en 1989. Ésta fue publicada en España por la editorial Circe en el año 2009 con el título: Ariadna Efron, Marina Tsvetáieva mi madre. Se tradujo al español directamente de la edición francesa y no del original ruso. Además de esos dos libros también se publicó prácticamente la totalidad de su correspondencia, con el título: A. Efrón, cartas 1942-1975 y recuerdos, por la editorial Cultura de Moscú, en 1996. Todos los escritos de su hija Ariadna son de un valor incalculable y encierran una valiosa información acerca de la vida y obra de su madre.
En cuanto al diario de su hermano, para esta edición en Uno y Cero Ediciones he traducido desde el 1 de enero hasta el 5 de septiembre de 1941. Tsvietáieva se quitó la vida el 31 de agosto de ese mismo año y Gueorgui relata esos tristes acontecimientos unos días después, el 5 de septiembre. Sabedores de la relevancia de la figura de su madre, una de las voces poéticas más importantes de Rusia, y del interés que podía suscitar en el lector conocer con detalle la vida cotidiana del último año de vida de la escritora, hemos puesto el punto y final en esa fecha. Gueorgui, durante ese año, prácticamente no se separó ni un solo día de su madre, vivieron juntos, primero en Moscú y más tarde evacuados en Yelábuga.
En ese sentido, el interés del diario reside en que sigue, día a día, la vida de Tsvietáieva en la URSS. El lector puede comprobar con detalle aquello que, quizás, ya conocía por la correspondencia o por los escritos de la poeta: su estado de ánimo, sus preocupaciones, cuáles fueron sus últimos trabajos de traducción, etc.
Por otro lado, en las páginas del Diario encontramos personajes, como Ehrenburg, Aseiév, Ajmátova, Pasternak, Prokófiev y muchos más, todos nombres ilustres que para Gueorgui y Tsvietáieva no eran más que conocidos o amigos. También conocemos de primera mano la vida cultural y social del Moscú prebélico, descrita con detalle por el autor, las películas que se exhibían en los cines, las obras de teatro, las exposiciones, las veladas literarias, el sistema educativo de la época, los libros que se vendían o se prestaban en las bibliotecas (resulta asombroso que, por ejemplo, Gueorgui encontrara en las bibliotecas públicas autores prohibidos, entre ellos a André Gide, ya que éste había publicado, en 1936, Regreso de la URSS, una denuncia demoledora del estalinismo).
Además, como explico en la introducción del libro, el Diario es un documento de valor incalculable para los historiadores o para aquellos lectores aficionados a la historia. El seguimiento minucioso que hace el joven autor de la Segunda Guerra Mundial ayuda a conocer qué información se podía obtener en Moscú sobre la guerra, sin pasar por la censura del régimen. Antifascista declarado y siempre a favor de Inglaterra, detestaba a Pétain y admiraba a de Gaulle y con gran clarividencia predijo la entrada en la guerra de los aliados y el fin de Hitler.
Ante el inminente ataque de Moscú por las tropas nazis, en el libro se relata, de primera mano, el trastorno que sufrieron sus habitantes y la posterior evacuación de la población y sobre todo, la de Gueorgui y su madre que, como hemos señalado más arriba, fueron evacuados a Yelábuga.
Por otra parte, podemos afirmar que el Diario de Gueorgui Efrón constituye, en cierto modo, un documento psicológico, donde el tema dominante es la soledad originada por motivos biográficos. Es el testimonio conmovedor de un joven obligado a crecer a golpes de desarraigo que, continuamente, veía peligrar la seguridad de todo aquello que amaba.
4.La información sobre los enfrentamientos que van teniendo lugar a lo largo de toda la contienda son muy ilustrativos, desde el punto de vista bélico y también político, al ver cómo funcionan los engranajes de la propaganda totalitaria como en este fragmento: “Hoy Moscú se ha cubierto con carteles anti-alemanes y patrióticos, contra la pandilla de fascistas (…) En Moscú se proyectan películas anti-nazis, prohibidas mientras duraba el pacto germano-soviético y que ahora, tras la declaración de la guerra, se exhiben de nuevo”.
¿Hay algún otro pasaje que quiera recomendarnos sobre la labor propagandística de Stalin?
Algunos ejemplos sacados del Diario nos ilustran acerca de la tendencia general de la prensa de la época, fundamentalmente propagandística y triunfalista:
El 27 de junio escribe Gueorgui lo que el periódico Pravda anunciaba:
«Sin saber qué hacer y ante el fracaso de sus planes estratégicos, Hitler se lanza a una nueva aventura […] Esta aventura será su última guerra, que acabará con la derrota final de la Alemania nazi y del fascismo. En la guerra contra la URSS “Hitler encontrará su tumba, es su última guerra”. Ese es el tono general de los periódicos soviéticos.»
Más adelante, el 18 de julio escribe:
“La mayor parte de los conocidos de mi madre, entre ellos Kochetkov, son muy optimistas, piensan que Hitler fracasará. La prensa está haciendo una campaña en ese sentido, dice que Hitler ha sido derrotado…”
Ya en Yelábuga el 20 de agosto, su amigo Sikorski acaba de ser nombrado director del club municipal de la ciudad y Gueorgui, que está buscando trabajo escribe:
“Yo, con mucho gusto trabajaría en el club de caricaturista, pero mi madre tiene miedo de que vengan aquí los alemanes y que fusilen a los que hagan propaganda anti-nazi. Yo creo que la cosa no llegará hasta ese extremo.”
Sigue buscando trabajo y dos días más tarde apunta:
“Estoy pensando en las ventanas de la agencia TASS, pero para eso hay que hablar con el comité del partido, qué lata.”
Como explico en una nota a pie de página, Gueorgui quería trabajar en OKNA-TASS (las ventanas de la agencia TASS), se trata de unos carteles propagandísticos que aparecieron al comenzar la guerra, cuya finalidad era hacer un llamamiento a los ciudadanos para la defensa de la patria y animar a los soldados del Ejército Rojo que combatían en el frente. Solían ser tiradas cortas, estaban pintadas a mano con la técnica de pintura al temple y en ellos destacaba la sátira y el humor, por eso gozaban de una enorme popularidad durante la guerra.El 24 de agosto continúa pensando en cómo ganarse la vida y escribe:
“He intentado escribir versos sobre la guerra y ganar un poco de dinero, pero no lo consigo”.
Estos comentarios evidencian que en toda la URSS, hasta en las repúblicas más alejadas de la capital, la propaganda anti-nazi era una hecho y los versos patrióticos eran los únicos que se podían publicar en esa época.
5.La imagen que tiene Gueorgui sobre su madre Marina Tsvietáieva es bastante particular: una mujer que no consigue adaptarse a las incomodidades de una komunalka, bastante dependiente de su hijo, sufriendo el ostracismo de muchos compañeros y obligada a sobrevivir penosamente de la traducción, ¿qué opina sobre ello?
La imagen que da Gueorgui de su madre es rigurosamente cierta. La misma Tsvietáieva en su correspondencia ya había escrito en varias ocasiones que era una persona miedosa, le daba pánico subir en ascensor, cruzar las calles de París, se perdía cuando tenía que ir a algún lado y, además de eso, todo lo relativo a la vida doméstica la desbordaba. En una carta dirigida a su amiga Ariadna Berg, el 23 de noviembre de 1938 desde París escribe:
“He aprendido a subir sola en ascensor por primera vez “en toda mi vida”: sola, hasta el séptimo piso, pero únicamente en el que ya conozco. Los ajenos me dan tanto miedo como antes (y los evito como antes) sobre todo los que tienen puertas corredizas”.
Sin embargo, hay que considerar las circunstancias que llevaron a Tsvietáieva a actuar del modo en que lo hacía en la época en la que se escribió el Diario. A su regreso a la URSS vivió en una dacha con su hijo. Tras el arresto de Ariadna, de Serguéi Efrón y de la otra familia que vivía con ellos, Gueorgui y su madre se quedaron solos en la dacha, en unas condiciones terribles, debido al frío y a lo mal acondicionada que estaba la vivienda. Abandonaron la casa y se refugiaron en Moscú, en la pequeña vivienda de Lilia Efrón, hermana de Serguéi. Era una solución provisional, ya que no había espacio suficiente para todos y, además, Lilia se dedicaba a enseñar dicción a actores principiantes y trabajaba en casa, por lo que Tsvietáieva y su hijo se veían obligados a pasar todo el día en la calle. Pidió ayuda a la Unión de escritores que le autorizó a alquilar una habitación en Golítsino, en las cercanías de Moscú y a comer una vez al día en la casa de los Escritores. Cuando se aproximó la fecha en la que tenían que desalojar la habitación, se encontraron en una situación desesperada y escribió de nuevo a la Unión de escritores pidiendo ayuda. Ese mismo día le mandó un telegrama al mismísimo Stalin.
“Ayúdeme, me encuentro en una situación desesperada. La escritora Marina Tsvietáieva.”
Al no recibir ayuda de la Unión de escritores, regresaron a Moscú, a la habitación de Lilia y, finalmente, después de muchos sufrimientos y de rogar a todos sus conocidos, hallaron alojamiento en una habitación de un apartamento comunal, en el que se encontraron compartiendo la cocina con unos vecinos conflictivos que continuamente ofendían a Tsvietáieva, recriminándole su negligencia y falta de dedicación a las tareas domésticas. No es difícil de imaginar la vida en una komunalka cuando falta la armonía entre los vecinos y más cuando uno de ellos es poeta. Tsvietáieva sólo entendía la vida en la literatura, para ella vivir era escribir y los quehaceres cotidianos permanecían fuera de su universo de poeta.
En lo referente a la dependencia de su hijo, más que eso yo diría que, debido a la adoración que sentía por él ya desde muy pequeño, éste exigía de su madre toda la atención y, aunque ya era un adolescente, continuaba siendo el centro de la vida de la escritora. En cuanto al ostracismo a que usted hace referencia, era normal que se tuviera cierto miedo y reparo en tener contacto con unos retornados del extranjero, vigilados por el NKVD, cuyos familiares habían sido arrestados o deportados, y ese temor lo tenía la mayoría de amigos de Tsvietáieva. Aunque no todos, en particular Borís Pasternak, gracias a él, Tsvietáieva encontró trabajo traduciendo a varios poetas: al georgiano Vazhdá Pshavela, poetas búlgaros contemporáneos, franceses, polacos, judíos bielorrusos… Trabajaba para Internatsionálnaia literatura y Goslitizdat, aunque tardaba bastante en recibir sus honorarios y apenas podía sobrevivir.
6.Gueorgui hace referencia a ello, pero ¿sabe por qué las relaciones entre Marina y su hija eran tan tensas?
Hasta los trece años Marina la adoraba, la consideró su mejor amiga y confidente; luego dejó de interesarle porque le pareció que se había convertido en una niña como las demás, y todos sus afanes se centraron en Gueorgui Efrón (Mur), que nació en 1925. Le profesaba un amor exclusivo y desmesurado. Las desavenencias entre madre e hija surgieron en 1934, Ariadna se quejó de no tener tiempo para ella, se hartó de ocuparse de las tareas domésticas y de cuidar a su hermano mientras su madre se encerraba en su habitación a escribir versos. Tsvietáieva no compartía su opinión, decía que únicamente necesitaba dos horas por la mañana para escribir y que los quehaceres domésticos no eran tan complicados. En una carta dirigida a Vera Búnina, Tsvietáieva escribía al respecto:
“Alia se ha desentendido definitivamente de la casa, sirve con entusiasmo en una casa ajena, en un trabajo mucho más complicado que el que tenía en la suya propia”.
En otra carta a Natalia Gaidukévich también se lamenta de las relaciones con su hija:
“Con Alia es aún peor (Mur por lo menos tiene mi físico y mi fuerza: el material es mío). Alia, antes que nada, es el “ser armonioso” que yo nunca fui y que siempre desprecié: todo con moderación: hasta la inteligencia, con moderación, pese a ser muy inteligente, pero no posee una inteligencia aguerrida (como la mía), sino amable, servicial.” […] y se fue a trabajar por trescientos francos sin la comida incluida (más tarde fueron seiscientos) desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche, desfalleciendo de cansancio, con tal de no estar en casa: no acompañar a Mur a la escuela y no lavar los platos. […] a Mur lo perderé irremediablemente y para siempre. A Alia ya la he perdido. (Tiene veintiún años y esto para ella no es una “chiquillada”.
Esta tensa situación familiar se fue complicando cada vez más y continuó hasta la partida de Ariadna a la URSS en marzo de 1937, siguiendo los pasos de su padre Serguéi Efrón. Madre e hija se reencontraron dos años más tarde en Bólshevo, en las cercanías de Moscú, en la dacha donde vivía su padre y otra familia, los Klepinin, como hemos señalado más arriba. El 27 de agosto de ese mismo año, estando de visita en Bólshevo, Ariadna sería arrestada por los agentes del NKVD y más tarde deportada. Madre e hija no volverían a verse más.
7.¿Cuál cree que era la opinión que tenía Gueorgui del Estado estalinista? Por una parte parece que no hace una defensa clara de su padre o hermana y desea ardientemente integrarse en la sociedad soviética. Por otra parte, hace algunas críticas al sistema e incluso a la arbitrariedad de los arrestos al escribir: “Qué les deparará el destino a tres jóvenes que han regresado (o más bien venido) del extranjero, de Francia, a mí, a Mitka y a Kira? ¿Qué nos pasará en el futuro? Tres personas ya han acabado mal: Pavel Tolstói ha sido deportado, Aliosha ha sido deportado, Alia ha sido deportada, papá y Walter han sido arrestados y también Nina Nikoláevna y Nikolái Andréievich. ¿Qué sucederá con los tres jóvenes arriba mencionados, representantes de la joven generación? ¿“Acabaremos” también nosotros construyendo el ferrocarril (o nos libraremos)?”
Es cierto que en algunos pasajes de su Diario podemos leer que quería integrarse en la sociedad soviética pero, en realidad, su sueño era regresar a Europa, a Francia. Creo que era consciente de todo lo que había sucedido con algunos miembros de su familia y amigos y sabía que tanto él como su madre también estaban siendo vigilados por el NKVD.
Pienso que ese deseo por tratar de adaptarse a la vida soviética era motivado por la soledad en la que estaba inmerso. Necesitaba tener amigos no sólo en la URSS (allí ya estaba su amigo Mitka) sino amigos rusos, nacidos en la URSS. El 32 de enero escribe en su diario:
“Definitivamente he decidido romper con Mitka y relacionarme con los compañeros de la escuela. He decidido desarrollarme como un chico normal. Al diablo los asuntos raros y al diablo Mitka […] voy a vivir una vida y no una porquería. Ha triunfado el realismo. Yo estoy a favor del realismo.”
Y el 11 de febrero:
“La escuela me tiene ocupado y distraído y me acerca a la realidad, a esa actitud realista ante la vida a la cual aspiro. Participo en la vida soviética, soy un miembro de la sociedad y no un parásito”.
El 16 de febrero, hablando de su compañero de clase Serbinov:
“[…] le cuento que tengo miedo de no llegar a ser nunca un ciudadano ruso, que siempre llevaré el estigma de ser de Occidente y, aunque intento por todos los medios adaptarme a la vida soviética, de todos modos ven a un Monsieur y a un français.
Este tema es recurrente a lo largo de todo el diario y el 8 de marzo vuelve a escribir:
“En la URSS tampoco tengo amigos. El único amigo que tenía era un “retornado” como yo, Mitka.”
En cuanto a su hermana le escribe con regularidad y lee sus cartas. En sus reflexiones se preocupa por saber cómo es su vida y a cuántos años la condenarán. De su padre únicamente sabían si seguía con vida, si aceptaban los paquetes que Tsvietáieva le llevaba a la cárcel de Butyrka.
El 28 de marzo escribe:
“Así que, después de que a Aliosha y a Alia les hayan caído ocho años a cada uno y hayan sido deportados a Komi ASSR, quedan los actores principales: Nina Nikoláievna, papá (Serguéi Yákovlevich) y Nikolái Andréievich […] ¿Cuántos años les caerán a papá y compañía ¿más o menos que a Alia?”
Las siguientes líneas escribe Gueorgui el 14 de abril, preocupándose de su hermana:
“Me gustaría saber si Mulia va a Komi ASSR y consigue ver a Alia, ¿qué le contará ella? De las cartas que le escribe a mamá, se deduce que no sabía nada de papá y que no sospechaba que había sido arrestado hasta que mamá le escribió acerca de lo ocurrido. […] Me gustaría muchísimo que Mulia pudiera verla […] Además ver a Mulia será para ella un gran apoyo moral y también le llevará muchas cosas que le son necesarias.”
8.¿Cree que Gueorgui escribía este Diario sin temor a que fuera leído por el NKVD?
Creo que era consciente del peligro que corría porque estaba al corriente de lo sucedido con su hermana y con su padre y porque, en su presencia, el primer Diario que escribió durante su estancia en Bólshevo fue requisado junto con los papeles de Ariadna durante el arresto de ésta el 27 de agosto de 1940.
Pero aun así asombra en su prosa la libertad de expresión, seguramente resultado de su formación francesa, lejos de la censura soviética. La ideología política no había condicionado su modo de pensar. Había recibido una educación abierta, libre y crítica y eso se refleja en sus escritos. Algunos fragmentos del Diario ilustran que era consciente de que vivía en un país de régimen totalitario y Gueorgui expresa su temor a ser arrestado, al igual que lo fueron su hermana, su padre y otros familiares y conocidos:
El 12 de enero, refiriéndose a su amigo Mitka podemos leer:
“Le he dicho que, si algún día lo arrestan, será por su culpa, actúa de manera afrancesada y continúa comportándose como lo hacía en París. No hay que distinguirse de un modo tan ostentoso de los otros. Hay que entender que estamos en la URSS.”
El 16 de marzo, hablando del mismo amigo:
“Hace poco fui a la sala del Conservatorio con Mitka. Es bastante complicado despegarse de él y, además, espero que no me arresten solo por el hecho de que nos veamos.”
El 4 de junio, escribe que no quería frecuentar la biblioteca de literatura extranjera:
“… es mejor no dejarse ver en un sitio tan específicamente extranjero – una simple precaución por mi parte– para que más tarde no puedan decir que: “se pasaba horas enteras en la biblioteca leyendo libros extranjeros porque era el último vínculo que le unía con el extranjero”.
Pero, como podemos ven en las líneas siguientes, en ocasiones actuaba de manera inconsciente.
“Mi madre no quiere que vea a Mitia porque la situación política es muy peligrosa y los dos tenemos pinta de extranjeros. Pero voy a encontrarme con él de todos modos y nos veremos sin que mi madre lo sepa.”
El 20 de enero escribe acerca de la cobardía de su amigo Mitka quien también llevaba un diario personal:
“[…] pero al mismo tiempo es muy cobarde, ya que dejó de escribir su diario por miedo a que acabara en manos del NKVD”.
En esas líneas corroboramos que era consciente del peligro que le acechaba también a él y de su “valentía” al continuar con la escritura de su Diario, sin censura alguna.
9.En un pasaje dice: “Mi madre no me comprende y me toma por una persona ruin y fría”, ¿está de acuerdo con la opinión que da Tsvietáieva sobre su hijo?
Hay que conocer bien la biografía de Gueorgui para poder comprender cómo se forjó su carácter, él mismo era consciente de que las experiencias vividas en su infancia, tanto en el seno de la familia como en las distintas escuelas en las que recibió educación, le condujeron a ser tal como era. Lo aclara en un pasaje muy extenso del Diario, el 16 de julio. Al final de una explicación exhaustiva donde habla de la decadencia de los valores morales y de que la disgregación de su familia empezó en la infancia, escribe:
“Que no esperen de mí bondad, buen humor, calma, agradecimiento. Que me dejen en paz. […] tengo derecho a comportarme fríamente con quien yo quiera. […] Tengo derecho a ser egoísta, ya que mis circunstancias vitales me han llevado a convertirme en egoísta y egocéntrico”.
Esa era la percepción que tenía de Gueorgui su madre, pero tampoco hay que olvidar que Gueorgui era un muchacho muy joven que, en el fondo, no dejaba de pensar como un adolescente. No le gustaba compartir los ratos de ocio con su madre, soñaba con su independencia, se quejaba de que su madre no lo comprendía y su anhelo era vivir solo. Escribe en su diario el 14 de junio:
“¿Acaso esta habitación en la que vivo con mi madre, esta habitación en la que hay innumerables baúles amontonados, una habitación donde duermo, leo, dibujo, como, escucho la radio, esta habitación representa para mí la vida? No y mil veces no.”
Y el 22 de marzo:
“¿Qué voy a hacer en verano? Mi madre dice que iremos al campo, pero ¡que Dios me libre de ese aburrimiento! Pues no tenemos completamente nada de que hablar y, cuando hablamos, empezamos a discutir y a decirnos cosas desagradables.”
Las discusiones entre madre e hijo eran frecuentes y, como consecuencia de ello, Tsvietáieva le reprochaba a su hijo su mal carácter y su crueldad. El 20 de enero podemos leer:
“Mi madre a menudo dice que soy un total desalmado, una persona sin corazón, etc.”
10.En relación a la «teoría del vaso de agua», usted explica a pie de página que en los años veinte el Soviet de Diputados puso de moda la “teoría del vaso de agua” que predicaba la libertad sexual al punto de que para cada persona practicar sexo fuese tan simple y fácil como “beber un vaso de agua”.
Pero, ¿en qué se basa para afirmar que en la práctica, esto se convirtió en un atentado contra el matrimonio y la familia? El divorcio se podía obtener por cualquier razón y en cualquier momento. El aborto se declaró legal en 1926. ¿Las relaciones prematrimoniales eran favorecidas y las relaciones sexuales fuera del matrimonio, se tenían como normales?
No soy historiadora, simplemente quería aclarar al lector en qué se basaba “la teoría del vaso de agua” y para ello busqué información al respecto.
En un artículo titulado “Eros con alas” Alejandra Kollontai, colaboradora de Lenin, ya reconocía que el sexo libre pretendía hacer desaparecer la familia soviética, ya que las mujeres se integrarían en las tareas de producción y los niños se cuidarían en las guarderías infantiles estatales. Clara Zetkin, una de las fundadoras del Partido comunista alemán y firme defensora de los derechos de la mujer, en su obra “Recuerdos sobre Lenin” criticó duramente la política del vaso de agua. En cuanto a la afirmación a la que usted se refiere, son palabras del sociólogo americano de origen ruso nacido en Komi, Pitirim Alexándrovich Sorokin, quien en 1918 fundó el departamento de sociología de la Universidad de San Petersburgo, en 1922 fue detenido y exiliado a los Estados Unidos, donde fue profesor en la Universidad de Harvard.
11.¿Qué nos puede decir sobre la editorial que ha publicado este diario?
Uno y Cero Ediciones es una editorial nueva, especializada en publicar en formato digital. Nace de la iniciativa de un grupo de profesionales del mundo académico, literario, digital, y del cómic.
Es un proyecto cultural comprometido, política y humanamente, con una toma de postura radical y ética. Trabajan con mucho rigor a la hora de afrontar temas de interés social y estético y cuentan con la ayuda de un comité asesor para cada colección que, con su prestigio y selección, avalan las decisiones editoriales que toman.
La escritora Teresa Garbí, una de sus fundadoras, con quien he tenido el placer de tener trato directo, es una persona de una sensibilidad exquisita, gran amante de la literatura rusa y conocedora de la obra de Marina Tsvietáieva. Fue Teresa quien se puso en contacto conmigo cuando supo que estaba traduciendo el Diario de Gueorgui Efrón y me propuso publicarlo en su editorial.
Aprovecho estas líneas a modo de agradecimiento, por cómo ha tratado la editorial la figura de la traductora. La traducción es una tarea ardua y laboriosa y no suele estar suficientemente valorada por los editores, he de señalar que, en esta ocasión, ha resultado todo lo contrario.
Felicidades, no solamente por haber realizado una traducción directamente del ruso, lo que sigue siendo una hazaňa de pocos occidentales pero también por haber optado por un tema tan complicado que no está del todo comprendido ni siquiera en el país al que le tocaba vivir…
Muchas gracias por su comentario, Silvia, espero que la entrevista le haya resultado interesante. Si no ha leído el «Diario de Gueorgui Efrón» le aseguro que su lectura le resultará apasionante.
Un abrazo,
Reyes García Burdeus