Francisco Benedito nació en Toulouse en 1967, aunque la mayor parte de su vida ha transcurrido en Valencia. Las páginas de este libro, La pasión de ser débil, se han hecho biografía de una manera salvaje, el resto de ocupaciones han sido menos honorables y poco aportan aquí.
Entre sus actividades se encuentra la creación de 21veintiún versos, revista de poesía, junto con Juan Pablo Zapater y Víctor Segrelles.
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Incluimos a continuación cinco poemas que pertenecen a La pasión de ser débil:
TIEMPO NUEVO
Lo que ayer fue seguro
ahora es incierto
y no siente temor.
Todo pan bien ganado
regalé
haciendo poco ruido
para no ser el dueño de tu tiempo,
de tu luz, de tu mar…
Sólo quise avanzar
hacia esta blanca,
desnuda primavera.
LA CONSECUENCIA
Por mi boca salió un mar
que se ahogaba en su bullicio;
entonces pude verte
en toda tu estatura.
Al emerger este concepto
inoxidable
se hundieron
-los asuntos por los que yo era
junto con aquellos que defendían
el amor a mis cosas-
en el silencio.
Ahora me crece vida de las manos.
RECUENTO
Sobre la mano rota de recuerdo
acaricio la suma de una vida,
un caudal de monedas devaluadas
se agolpan en su palma,
y nada tengo.
LUZ DE AMOR
Habitar en el sueño que tú sueñas
es el sueño privado de mi cuerpo;
despertar en tu celda es mi reposo.
Carne viva te entrego, dale lumbre,
apágame en tu luz, amor oscuro.
LA HABITACIÓN
Sobre la cómoda
hay una foto cubierta de polvo
como el residuo de un incendio,
en la pared un cuadro
testimonio de algún viaje,
un joyero, libros
y un despertador inmutable
custodian la cama
de esta habitación.
Sobre ella mi cuerpo
como una pieza más
que espera el inicio de la noche.
Veo el polvo que asciende
sobre estas cosas
empujado
por un haz de luz inesperada
igual que los hombres
que emergen del material
más inservible
como fragmentos
de una totalidad
desvanecida.