José María Pérez Álvarez, autor de Nembrot, publica, en este mes de diciembre, nueva novela: Predicciones catastróficas, en la editorial Trifolium. El autor nos da pistas sobre la elección del título:
Mi primera novela que escribí, con 24 o 25 años, que todavía tengo sin publicar, se llamaba El invierno que se avecina. Estaba sentado un día en la Plaza de las Mercedes, vino una ráfaga de viento, arrastró la hoja de un periódico y vi que ponía: «Predicciones catastróficas para el invierno que se avecina». Ahora empleo aquella parte de la frase que deseché en su día.
En la entrevista de J. Fraiz, en Faro de Vigo, el autor comenta su predilección por el humor en sus argumentos:
Predicciones catastróficas es un texto que habla con menos drama que parodia del amor más frecuente: el desigual y lacerante, el que no es correspondido. «Empieza como una novela de amor entre un profesor jubilado y una joven, y termina como una novela de humor disparatada».
Porque, en definitiva, como dice José María Pérez Álvarez:
Para mí la literatura siempre ha sido un juego, de ahí mi admiración por Cortázar. La literatura, aunque sea algo muy serio, es mi juego preferido.
La obra de José María Pérez Álvarez, de gran calidad, exige un esfuerzo al lector:
Jamás he pensado en el lector, sino que le pongo pequeñas trampas y dificultades. En mis novelas no va a encontrar complacencia. Estoy felizmente resignado a tener pocos lectores, pero con quienes tengo fidelidad. No estoy dispuesto a ceder». Su nueva novela hace un guiño a Cortázar y aquel comienzo con pregunta de Rayuela: «¿Encontraría a la Maga?» Pérez abre la narración de Predicciones catastróficas con otro desiderátum, aunque más lastimoso: «¿Era tan difícil quererme?» «Me pasa con la ficción una cosa muy curiosa: muchas veces mis novelas parten de una frase, y a partir de ahí empiezo a desbarrar».
Buena suerte para esta nueva novela.
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