No más sueños es un relato, simbolista, de la ciudad, la derrota, el deseo, la vida querida y la vida tal como es. Sesenta y dos poemas para un retrato en segunda persona, un balance a medio camino, desde la juventud extinta a la madurez.
No más sueños debe leerse como una voz que conversa reflexivamente sobre el tema de la derrota. La soledad, la vida íntima, lo sensorial, el espacio doméstico proveen a la voz de los poemas de munición simbólica que define, como una pintura, los diferentes estados emocionales, la ruta entre la lucidez y la confusión, que se debate entre lo pretendido, los proyectos vitales, y la realidad de una existencia dotada de fuentes de gozo, pero truncada.