“Los Paisajes rotos de José Saborit reconstruyen esa escisión de la mirada ante el mundo, repiten el proceso del ojo que quiere mirar, mirar de verdad, despojándose del lastre de su propia fragmentación para restituir la unidad perdida. Rasgar el paisaje pintado para volverlo a unir es una forma de hacer consciente el mecanismo de nuestra ceguera actual, una forma de reivindicar la mirada libre de las servidumbres del presente”.
Lola Mascarell