(Fotografía de Carme Esteve)
Mª Cinta Montagut -Madrid, 1946-, poeta, crítica literaria y traductora,ha publicado los poemarios Cuerpo desunido, Barcelona 1979; Como un lento puñal, Sevilla 1980; Volver del tiempo, Sevilla 1983; Par Barcelona, 1993; Teoría del silencio, Barcelona 1997; El tránsito del día, Málaga 2001; La voluntad de los metales, Málaga 2006; Desconcierto, Málaga 2010 y Sin tiempo, Barcelona 2014. Tiene en prensa Cenizas, que próximamente publicará la colección EME de Ediciones La Palma.
Sus poemas han sido publicados en diversas antologías en España, Italia, Turquía, Argentina y Canadá.
Ha publicado El otro petrarquismo. Poetas italianas del Renacimiento, del que ha hecho la introducción, selección y traducción. Madrid 2012. Tomar la palabra. Aproximación a la poesía escrita por mujeres, Aresta editorial, Barcelona 2014.
Es autora de numerosos artículos literarios sobre la mujer en la poesía y en la historia de la música.
Es editora de la sección de poesía de www.barcelonareview.com
Colabora con artículos de opinión en la revista Dones digital de la Asociación de mujeres periodistas.
Mantiene el blog lapieldelosdias.blogspot
Ofrecemos una selección de sus poemas:
Me alojo en las espirales de la noche
camino por el polvo blanco de la madrugada
en la sed de los camerinos
en el grito apagado de las esquinas
me reconozco,
soy un hueco en el volumen del aire.
No alcanzo a ver la punta de la espina
que se aloja en la carne,
no alcanzo a oir el llanto que se apaga
oculto en las aceras.
Me ahogo en la respiración de las ruinas
hasta que todo acaba y nada empieza ya.
(De La voluntad de los metales)
La ciudad me rodea,
me cerca,
acecha con sus ojos mis pasos por aceras
de calles que a estas horas
buscan cobijo en el humo y la hoguera
que consume la piel, los labios y los sueños.
La música traspasa el grosor de los muros,
centauros de uniforme calibran la levedad
de cuerpos que acuden cada noche con devoción
y prisa al rito de la huida que se oficia
en la sombra.
La ciudad en penumbra
ignora que mis pasos van buscando la puerta
sin dintel ni cerrojo
que oculta el otro lado de la historia.
(De El tránsito del día)
En la profundidad de las palabras,
en los textos escritos,
en los libros abandonados,
en el brillo oscuro de las bibliotecas
tenemos que buscar
todo lo que perdimos sin saberlo
(De Desconcierto)
Cuando sonó el teléfono de madrugada
hicimos lo que habíamos previsto:
doblamos los pensamientos y la ropa,
dejamos en hilera los vasos y las tazas,
cerramos los postigos y los ojos
y esperamos.
Llegaron estrujando las flores,
pateando los nidos de gorriones,
asustando a los insectos y al agua
y entraron sin llamar.
Siempre llegan así las noticias,
abren profundos agujeros en el sueño
hacen temblar las sábanas dormidas
y provocan heridas en la sombra.
A veces son como un pañuelo blanco,
a veces son una voz apagada,
a veces no son.
Cuando sonó el teléfono
era de madrugada
y era invierno.
(De Desconcierto)
Cuántas veces tú y yo,
tiempo,
hemos luchado solos,
sin tregua y sin aliento,
siempre para perder.
(De Sin tiempo)
En el umbral del sueño
la noche oculta las palabras.
Atravesar entonces el silencio
para buscar la luz de los relojes,
la voz del pájaro que duerme
y esperar la llegada del día.
En el umbral del sueño
solo la verdad permanece despierta.
(De Cenizas)