Manuel Asensi

(Fotografía de Carla Asensi)

Manuel Asensi es Teórico de la literatura, filósofo, crítico de arte y especialista en Jacques Lacan y Jacques Derrida. Catedrático en la Universidad de Valencia. Ha publicado A la manera de Frankenstein, en Uno y Cero Ediciones.

 

Incluimos a continuación unos poemas inéditos, que forman parte de su segundo libro, en elaboración:

 
Ya sé qué es la muerte.
La muerte es salir al campo
Igual que hacíamos antes
Con los sándwich de atún,
Las papas, la cocacola y las aceitunas,
El cielo apenas sin nubes, ligera llovizna en el amanecer,
Y el viento agradable, será como entonces,
Y de repente ver esa flor amarilla
Junto a ti, donde una gota de agua
Va a caer, y se queda suspendida,
Y piensas que debe caer,
Y no cae porque el viento está quieto,
Aunque tú estás allí, mi amor,
Ya no estás, hay un hueco
En algún lugar, fuera de los goznes,
Y el perro aquel que tanto amabas
Corre hacia nosotros y no corre.
El corazón late despacio
O quizá se ha detenido
Mientras la gota cuelga de la flor.

 

 

 

Que se vayan, sí,
Y dejen en el aire ese olor
De los veranos en la montaña,
Ese olor que me lleva lejos,
A un lugar imposible, familiar
Que se me ha quedado dentro
Y ninguna ceniza podrá borrar.

 

 

A Carla Asensi

Son tus dolores los míos,
Los llevamos los dos como cruces,
No soy nada comparado con ese dolor,
Me sumo a él, desesperado
Para vaciarte de ese peso
Y al mirar tus ojos veo
Que sigue allí, indiviso
Como un cuchillo que hiende
Suavemente y corta las entrañas.
Tú me dices: no quiero verte triste,
Y la tristeza estará toda en ti,
Aunque me atraviese a mí,
Sí, como losa que dobla la mordida,
Que no nos abandona.
Caminaremos en una tarde
Tras la lluvia, sintiendo
los pies mojados, felices
un momento porque el caballo
del dolor se ha detenido
un instante a resoplar.

 

 

 

Este guardián de los muertos
No feliz ni animoso, sino más
Parecido a esas estatuas
De ángeles en un viejo cementerio,
Llenas de polvo, cagadas de paloma,
Y una mano en la frente,
Cabeza baja y una honda
Preocupación hundida en la noche,
Ignora qué hacer, ha pensado
En esa muerta reciente, que estuvo
Llena de ilusiones y el tiempo
La pisó como rosa azotada
Por el viento, arrugada la recuerda,
Da la vuelta y se aleja
Desorientado, insomne y hundido.

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