José María Micó es poeta, músico y traductor. Catedrático de literatura en la Universitat Pompeu Fabra, en su obra filológica y ensayística destacan diversas ediciones de clásicos españoles (Góngora, Mateo Alemán, Cervantes y Quevedo entre otros). Su última publicación en este ámbito es El oro de los siglos (Austral, 2017), y los libros de estudios y ensayos Las razones del poeta (Gredos, 2009), Clásicos vividos (Acantilado, 2013) y Para entender a Góngora (Acantilado, 2015). Ha traducido a grandes autores europeos antiguos como Ramon Llull, Francesco Petrarca, Jordi de Sant Jordi, Ausías March y Ludovico Ariosto, además de algunos poetas catalanes e italianos contemporáneos (Narcís Comadira, Pere Gimferrer y Valerio Magrelli). Una selección de sus traducciones se recoge en Obra ajena (Devenir, 2014); acaba de reeditarse su versión del Orlando furioso (Austral, 2017) y actualmente trabaja en una nueva versión de la Comedia de Dante. El libro Blanca y azul (Los libros del gato negro, 2017) recoge una antología de los textos de Micó que ya son canción o que lo serán en un futuro.
A lo largo de su trayectoria ha obtenido importantes premios de poesía (La espera obtuvo el Hiperión y Caleidoscopio, el Generación del 27), de traducción (Premio Nacional de Traducción en España y en Italia), y de investigación (Premio ICREA Academia).
Como compositor y guitarrista del dúo MartayMicó ha grabado los discos En una palabra y Memoria del aire (Picap, 2015 y 2016). Este último está compuesto por una docena de temas con letra y música de Micó, y cuenta con la colaboración especial de Joaquín Sabina, que participa en una de las canciones. En los próximos meses, iniciarán la grabación de su tercer disco.
MartayMicó han llevado su particular proyecto de “música de autor” a diferentes ciudades españolas e italianas, y han participado en festivales y ciclos musicales vinculados a la canción de autor.
Marta Boldú, cantante y filóloga, es la voz de MartayMicó. En su condición de estudiosa y docente de literatura ha editado, entre otros textos, el Lazarillo de Tormes (RBA), y es coautora de En un lugar de La Mancha (Prensas Universitarias de Zaragoza), una particular edición del Quijote.
Como cantante, se ha dicho de ella que en su interpretación vocal “arrastra en su búsqueda de ese punto esencial en el que sentimiento, pensamiento y palabra se confunden; hábilmente guiada por los matices y recovecos de la guitarra de Micó” (Sònia Hernández en La Vanguardia). Y que “interpreta los versos de José María Micó de forma resuelta y limpia, depositando las palabras en el oído del espectador con calma y esmero. Porque pretende, por vocación, por devoción y por vicio saludable, darle a las letras de cada tema una relevancia especial, auténtico protagonismo. Y esta celebración de la palabra poética, del sentimiento recitado, recreado en la voz y el gesto de quienes al interpretar oran (oración como rezo y frase) sin pudores ni complejos intelectuales, este festejo, insisto, tiene lugar sin detrimento de lo musical” (Pepi Bauló en Cultura Bisagra).
Incluimos a continuación enlace a uno de los discos de MartayMicó: Memoria del aire:
Tenemos también el privilegio de contar con una selección de poemas de José María Micó:
BLANCA Y AZUL
Imagino que ahora,
medianoche por filo,
mecida por las sombras
ambiguas del recuerdo,
pensarás que estas manos
ofrecían tan solo
una sarta de burdas
sorpresas de tahúr.
Yo sé por qué te llamo
blanca y azul.
Es todo lo que tengo:
manos que fueron niñas,
que prestaron sin tasa,
que se asieron a un sueño,
viejas manos que saben
que la muerte temprana
es la única forma
de eterna juventud.
Yo sé por qué te llamo
blanca y azul.
Que no baste lo dicho
para ponernos tristes.
El encuentro merece
un brindis por las horas
cedidas al exceso
de sentimientos nobles,
aunque fuese por falta
de sentido común.
Yo sé por qué te llamo
blanca y azul.
La carne nunca es débil,
pero las almas frágiles
se quiebran con un guiño.
La noche, maliciosa,
nos acerca los brazos,
nos enturbia los ojos,
nos endulza los labios,
nos apaga la luz.
Yo sé por qué te llamo
blanca y azul.
MEMORIA DEL AIRE
Como en aquella tarde, soy las olas
que el tiempo ha detenido, y fumo lento,
puesto a querer el mar y el movimiento
desprestigiado de las amapolas.
Casi sin no quererlo, estoy aquí,
adormilado sobre lo que tuve,
y en las hilachas de la misma nube
están todas las cosas que viví.
Como en aquella tarde, el aire ordena
eternidades de fotografía,
y con la ayuda estúpida del día
se echa a perder el sol sobre la arena.
Casi sin no quererlo, estoy aquí,
adormilado sobre lo que tuve,
y en las hilachas de la misma nube
están todas las cosas que viví.
Como en aquella tarde, ya se han ido
los pájaros, las risas, los amantes,
y en una absurda sucesión de instantes
veo la transparencia del olvido.
Casi sin no quererlo, estoy aquí,
adormilado sobre lo que tuve,
y en las hilachas de la misma nube
están todas las cosas que perdí.
LAS BOCAS DE RONSARDO
No he danzado con damas de estricto polisón
ni guarda mi recuerdo los aromas del nardo;
no he besado las bocas ajadas de Ronsardo
ni a las bellas beatas de sueños con festón;
no han herido mis muslos los labios de Anaís
ni me ha movido apenas Jesús con su oropel;
no he visto la penumbra del pozo de Daniel
ni el tutú que irisaban las luces de París…
Pero me queda el aire de un labrador de estrellas
y el gesto mortecino de quien todo lo sabe
y espera en su butaca que el corazón se acabe
como se acaba el alma locuaz de las botellas.
No he sembrado a lo loco en las tierras de Onán
ni envidio a Adán y Eva su libro de familia;
no he tenido dinero para la bibliofilia
ni he ahogado mis penas en ríos de champán;
No he vendido cascotes del muro de Berlín
ni he cruzado las piernas ante Sharon Stone;
no he tenido ocasiones para ser un ladrón
y no conozco nada sin principio ni fin…
Pero me queda el aire de un labrador de estrellas
y el gesto mortecino de quien todo lo sabe
y espera en su butaca que el corazón se acabe
como se acaba el alma locuaz de las botellas.
Del libro Blanca y azul (Los libros del gato negro, Zaragoza, 2017).
FÓSILES
1
La memoria
es la limosna que el desposeído
se da a sí mismo.
2
El olor del jazmín es casi tacto.
3
En cada hijo se renueva el rito
de la extinción.
4
Todo el que vive
toma su duración como victoria.
5
Si el tiempo existe,
no es necesario que la muerte acuda.
6
Erguidos en el fondo del paisaje,
los árboles ofrecen
una falsa impresión de permanencia.
7
Toda estancia es un tránsito.
Todo viaje se convierte en fuga.
Toda fuga es un fin que no se alcanza.
Del libro La sangre de los fósiles (Tusquets, 2005)