Mandi Asa, nacido en Las Palmas de Gran Canaria hace algunos años, es hijo de un inmigrante de la India, que abrió tienda (tenderete, más bien) de tejidos y casó con una canaria de buen ver que se dedicaba a lo mismo. Su vida transcurre apaciblemente en los años de la escuela y del instituto hasta que descubre horrorizado el volcán de pasiones que puede ocultar un centro escolar.