Reseña sobre «Visiones europeas del spanglish», en Nuevo Herald de Miami

Apasionante es el spanglish. Pasen y vean qué significa lo siguiente: «El Eppanglé liquea po la boca poique se calienta la boila y si no snifas lo que tiés dentro revientas, man», es decir, como nos lo traduce la profesora Silvia Betti, coordinadora, junto con Daniel Jorques, de Visiones europeas del spanglish: «liquear procede del inglés to leak (gotear, filtrar). Spanglish se modifica y se escribe epanglé; la palabra boila significa caldera y se cambia de códigos: revientas, man» (Silvia Betti).

 

La profesora Betti impartió una conferencia en Miami, de la que dimos noticia en su día. Incluimos a continuación algunos párrafos de la reseña que ha salido publicada en Nuevo Heraldo, que lleva por título: «El spanglish y cómo se ve este desarrollo lingüístico en Europa», de Olga Connor. Si desean ver el artículo completo, pinche aquí:

 

Suele decirse “Te voy a llamar para atrás” (I am going to call you back), en vez de te voy a llamar luego. “Devuélveme la llamada” (return my call), en vez de contesta mi llamada. “Te quiero hacer una pregunta” ( I want to ask you a question), en vez de quiero preguntarte algo. “No me des esa respuesta” (don’t give me that answer), en vez de no me respondas así. “Eventualmente él llegará” (eventually he will arrive) en vez de ya llegará. Etcétera, etcétera».

La mayoría de los puristas del idioma, entre los que se encuentran la RAE, y el periodista puertorriqueño que acuñó este término en 1948, en el Diario de Puerto Rico, Salvador Tió Montes de Oca, consideran que hay que rectificar el uso del español mezclado con el inglés. “Es contaminante, perjudicial y peligroso sustituir una palabra adecuada por algo tan inadecuado como ‘diméame’ la luz, en vez de atenúala. Es un ‘inglañol’ ”, escribió Montes de Oca.

Ya en los 90, los estudiosos comenzaron a aceptar en Estados Unidos esta modalidad nueva que se dividía en subgrupos del nordeste para los puertorriqueños, como “vacunear la carpeta”, y del sudoeste para los mexicanos, con “troquero” por camionero. En 2002, en un periódico de Barcelona, un contratista latino en Estados Unidos se justificó sobre su uso del Spanglish. “Tengo que denominar las cosas por sus propios nombres de aquí: ‘el rufo’, ‘la boila’, ‘el béisman’ y ‘la carpeta’; solo así nos entendemos”.

La profesora Betti añadió puntos de vista de muchos escritores e incluyó el del conocido novelista mexicano Carlos Fuentes, quien en el Congreso de Valladolid del 2000, sobre la “Unidad y diversidad del español, lengua de encuentros” dijo: “El Spanglish o ‘espanglés’, pues a veces prima la expresión inglesa, a veces la castellana, es un fenómeno fronterizo fascinante, peligroso a veces, creativo siempre, necesario o fatal como lo fueron los encuentros antiguos del castellano con el náhuatl, por ejemplo, gracias al cual nuestra lengua y algunas más, pueden hoy decir chocolate, tomate, aguacate”.

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