Nembrot no es una novela de homosexuales. No es una novela de intriga. No es una novela de aventuras. No es una novela de entretenimiento. Es posible que Nembrot no sea siquiera una novela sino más bien una investigación de los límites de la novela, aunque suene pretencioso, o un depósito en el que el autor fuese amontonando sus lecturas, sus experiencias, sus obsesiones y su particular visión del mundo si es que el mundo puede existir fuera de un libro, asunto que aún está por demostrar. Lo cual significa que Nembrot viene a ser la singular visión que el autor tiene de la novela. Sí que es Nembrot un tributo y un agradecimiento a los autores que en una época determinada forjaron la visión de la literatura del autor; diálogos, homenajes y reelaboraciones de Onetti, Borges, Cunqueiro, Cortázar, Arlt, Sollers y otros muchos que se dan cita en las páginas de esta novela que no es muchas cosas pero sí aspira a ser una novela, poco convencional tal vez, pero novela en el fondo. Nembrot, en su día, obtuvo el elogio unánime de la crítica y fue reseñada por Juan Goytisolo como la mejor novela española publicada en el año 2003.