El poema electrónico Silencio vacío nos invita a leer de nuevo, a leer de manera multiperceptual, fuera de discursos canónicos o pedagógicos. Incita a dialogar con el texto de manera lúdica para no estancarse en la reproducción pasiva. Las decisiones del lector, pensadas y traducidas en acciones que se ejecutan sobre el espacio de palabras construido, determinan hacia dónde se mueve el universo del poema, con sus imágenes y sus sonidos.