(Fotografía de J. A. Marcelo)
Agustín Calvo Galán (Barcelona 1968), Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona. Ha publicado, entre otros, los siguientes libros de poesía: Poemas para el entreacto (Jirones de azul, 2007); A la vendimia en Portugal (Amargord, 2009); Proyecto desvelos (Babilonia, 2012) y GPS (Amargord, 2014). Recientemente, ha obtenido el Premio César Simón de poesía 2014 con su libro Amar a un extranjero (Universitat de València, Denes). Colabora habitualmente con artículos y crítica literaria en diferentes medios, tanto digitales: Revista de Letras y El Síndrome de Stendhal, como impresos: Quimera, Caravansari y Cuadernos del Matemático. Algunos de sus poemas han sido traducidos al italiano por Paola Laskaris.
Su poesía visual ha sido recogida en diferentes antologías especializadas como Poesía experimental española (1963-2004), (Marenostrum, 2004); Poesía visual española (antología incompleta), (Calambur, 2007); Esencial Visual, (Instituto Cervantes de Fez, 2008); Visual Libros, (Corona del sur, 2012). Además, ha realizado numerosas exposiciones de su obra gráfica y sobre objetos, entre las últimas: Poemas objeto, abril 2012, Biblioteca de Ripollet (Barcelona); Proyecto Desvelos, octubre 2012, Ex!poesía, Barakaldo (Bizkaia), y 10 años de poesía visual, junio 2013, Centre Cívic Drassanes (Barcelona).
Para más información consulte en su blog. Si quiere contactar con Agustín Calvo Galán en facebook, hágalo aquí.
TIEMPO DE
El tiempo,
en la maduración del
aire,
hace del silencio
ruido,
crece de la sombra
luz,
reserva
las aspas
en el instante en que callarían
y vuelve de nuevo
a girar,
girar
y rarigirar.
(De A la vendimia en Portugal, 2009)
La música o en ti,
en la única oquedad
que anhelo,
soñar
tal y como tú deseas,
en ti, deseo
en ti, anhelo
en ti
exactamente desde el cauce
que aras
exactamente
con tus dedos, tal y como
desde ti,
deseo
en ti,
muelle, llegada,
fotografías, aguas
libres, pleonasmo, lo sé
en ti,
partitura para
oír
en ti exactamente, y perdona
que me repita, en ti que tan frágil me dices,
la música fluye
desde tu corazón de Europa,
en ti, que tan febril me cultivas
en ti.
Insisto,
no dejes de ensayar en el
aire,
No vuelvas al sur, quédate hasta mañana.
(De GPS, 2014)
Eran tantas las ganas de encontrarte
que no veo tus pinturas,
no puedo verlas,
sólo me veo a mí misma
me estás mirando,
me estoy mirando
desde la foto expuesta
sobre el escritorio.
Dudo de mi nacionalidad,
al igual que Vieira da Silva, ¿habré perdido la mía
por haber amado a un extranjero?
(Das Russenhaus, 1931)
(De Amar a un extranjero, 2014)
El Cairo, 2004
La ciudad se abre en un ruido constante, la noche es antigua y se prolonga. Multitudes de jóvenes ociosos recorren las aceras y la orilla oriental del río, miran pasar los barcos lujosos repletos de extranjeros, y aprovechan cualquier excusa para cantar, abrazarse o dar la bienvenida a los recién llegados.
Los árabes la llamaron la victoriosa. En sus edificios ruinosos parece que perviven las huellas de una guerra moderna
o de una catástrofe perpetua;
más que victoria gloriosa, muestran una lenta derrota africana.
Bellísimos minaretes, colinas de azul y alabastro, más altas son las súplicas a los pies, sobre las alfombras y la filigrana, más altas las ansías del pueblo por elevarse de sus palabras, enclaustrado, más altas, muchos más,
de su yugo inapelable,
en la religiosidad popular, reglamentada o abstracta,
de un país febril
pero descalzo.
(Inédito)