Carmen Plaza

Carmen Plaza es economista de formación. Ha desarrollado una intensa actividad literaria, especialmente en poesía y relatos. Es miembro de la Societat de Bibliófils de Barcelona y de la ACEC (Associació Col.legial d´Escritors de Catalunya). Entre sus poemarios destacan: Fuera del paraíso, Barcelona, 2003. Breviario para el bolsillo interior, Premio de Poesía Memorial Laureà Mela 2006. Tela que cortar, XXIII Premio de Poesía Carmen Conde 2006. Escuela elemental, Barcelona 2007. La invención sucesiva, Madrid 2009. Amor en vela, Madrid 2009. Las cuatro voces, con la participación del artista gráfico Miquel Plana, Barcelona, 2010. El rastro de la herida, Madrid 2011. La honda y el viento, Lima (Perú), 2011. Breviario para tardes de aguacero, Madrid, 2012. Lo que el aire oculta, Madrid, 2014. Plaza sitiada, Barcelona, 2014. Ha publicado asimismo algunos títulos de poesía infantil: Versos para ir creciendo, Barcelona, 2005 y 2012. Danielandia (en prensa). En narrativa cuenta con: Cuentos de lumbre y pesadumbre. Barcelona, 2011. Ha colaborado en las siguientes antologías: Todo y nada, Homenaje a José Hierro, Ávila, 2005. Cançons de Bressol, edición de  Carmen Riera, Barcelona 2011. Tardes del Laberinto, Barcelona 2011. Ha participado en revistas, presentaciones, jornadas poéticas. Ha colaborado, en el ámbito de la enseñanza,  en Cuadernos de refuerzo (Poesía) para 2º y 3º de ESO. Ha realizado traducciones al catalán, inglés y rumano.

Ofrecemos algunos poemas de su extensa obra:

 

E S C R I T U R A

Renglones que rebosan espuma
y ahuyentan los abantos,
oraciones que humedecen las manos
y dejan la piel áspera, traspasada de signos,
rumores que ocultan la evidencia
y obligan a indagar el sentido profundo
aprisionado bajo el agua,
hipérboles saltando
en torno de los barcos que se atreven
a mellar su estructura,
multitudes que luchan y procrean
en el lecho gigante
y en desigual batalla contra el frío
blanden tiernas escamas.

Lejos, algún náufrago
se resiste a morir.

¿Quién puede descifrar, entre tantos borrones,
la escritura del mar?

(De Escuela elemental, 2007)

 

ODA A LA CADERA

Castillo encerrado entre ríos de arterias,
arquitectura viva
de piedras transitadas
por caudales de sangre,
calcárea base
a la medida del humano abrazo,
himen sellando el pórtico
detrás del vendaval,
cavidades templadas por rescoldos de luz,
caderas fértiles que albergan
todos los hijos de la tierra.

(De Fuera del paraíso, 2003)

 

NO AÑORO AL ANGEL

No añoro al ángel
que no sabe sufrir,
arar la tierra,
acariciar carne mortal.

Venero el equilibrio
de espíritu y lujuria
que proclama tu obra.

Obedezco tus órdenes.
Barro todos los días este templo
que nos sirve de asilo.

Cuando envíes
el anunciado terremoto
y se rompan de golpe los espejos,
¿cómo podré encontrar
mi vía solitaria?

(De Breviario para el bolsillo interior, 2006)

 

CAMINO LIBRE

Mis pies han hollado
varias generaciones,
surcos de compasión, vacíos cálices,
y aún no están preparados
para clavarse en mitad del sendero,
dejarse cortar como dos rosas,
oír caer sus pétalos
con lentitud, confundirse en el polvo,
ya nunca más doliente la malgastada piel,
y así dejar libre el camino
para todos los que van a llegar.

(De El rastro de la herida, 2011)

 

LEVA

Va el muchacho a la guerra como va
una gota de lluvia al lado de otras muchas
a cubrir el camino con su piel
y defender el cielo con sus botas.

Kilómetros de miedo.

En los charcos que pisa
los insectos pasean
sus músculos de acero.

El aliento se cuadra.

Preceden alaridos furtivos
que atraviesan el aire.

Va el muchacho a la guerra
a ganar nuevo espacio
para guerras futuras.

Le han prometido
que grabarán su nombre en una piedra.

(De La honda y el viento, 2011)

 

MENSAJE

Los dioses piensan y quieren la destrucción de los hombres
para dar a los poetas motivos de canto  (Homero)

 

Volverás a llorar, Homero, un día.
Por las cuencas ociosas de tus ojos,
ya sin eco,
volverás a llorar,
y ríos de gusanos
anegarán tu tumba.

No escuchéis, dioses, el mensaje.
Bajad el dedo acusador
que a un leve signo
devuelve el mar al fango,
el amor al desierto,
nube de polvo entre las uñas.

Cerrad, dioses,
vuestros terribles ojos de tormenta.
El poeta no está,
no necesita motivos para el canto.
El poeta murió.
Dejad que viva el hombre.

(De La honda y el viento, 2011)

 

CRÍMENES DE GÉNERO

También cantos nupciales
se pueden estrellar en pleno rostro
de la mujer desprevenida.

Amor de carne y furia.
Juegos florales. Odas al pavor
de pisar el cariño, hacerlo añicos.

La penumbra se cubre de promesas.
La angustia se cocina en los hogares
con el fuego apagado.

Quien no ha sentido frío
no sabe cómo puede taladrar el aliento,
dibujar un intrincado laberinto
bajo el vello erizado,
elevar pesados parapetos
que detienen el curso de la sangre.
Lo que era un suave devenir de segundos
se interrumpe de golpe
y el rojo sella el blanco de los ojos.

Una vida se ahoga en lo más hondo,
frágil como el mañana. Inaccesible.

La muerte estaba allí, con vestido de novia.

(De Plaza sitiada, 2014)

 

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