María García Zambrano (Elda, 1973) es licenciada en Periodismo y posee estudios de doctorado en Literatura en la Universidad de Sevilla; postgrado en Letras Modernas en la Universidad Paris-Saint Dennis; estudios de semiótica en la Universidad de Lima; y seminarios de literatura argentina en Buenos Aires. Trabaja como profesora de Lengua Castellana y Literatura en Madrid.
Tiene publicados los libros El sentido de este viaje (Alicante, 2007); Menos miedo (Madrid, 2012. Premio Carmen Conde de la Editorial Torremozas y finalista del Premio Ausiàs March al mejor poemario del 2012); y La hija (Madrid, 2015. El sastre de Apollinaire).
Parte de su obra es recogida en las antologías: Voces Nuevas XX. (Torremozas, 2007); Poesía en Sidecar. (Huerga y Fierro. 2013, 2014); En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis. (Bartleby Editores, 2014); El salón Barney. (Playa de Ákaba, 2014); Voces del Extremo 2014. (Amargord); 28/28 La Europa de las escritoras. (Gobierno de Cantabria, 2015); Amor se escribe sin sangre. (Editorial Lastura, 2015).
Su poesía aparece en revistas como Nayagua, Escritores en Red, Duoda o Tendencias 21.
Ha sido colaboradora en Radio Círculo, del Círculo de Bellas Artes, con un espacio sobre poesía escrita por mujeres; coordinadora del taller “Compartir poesía”, de la Fundación Entredós; y forma parte de la asociación de escritoras “Genialogías”.
Sus versos han sido traducidos al rumano y al portugués.
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Incluimos a continuación tres poemas de María García Zambrano, uno de ellos inédito:
2012
Todo se reduce a la esperanza
DAISAKU IKEDA
Oscuros pero no.
Que el gusano no siga mordiendo en el hueso.
Ha venido la madre, el padre, la hermana
para cantar
y será niña y tendrá tus labios y dirá una palabra
y creará una estirpe de fe.
Oscuros pero no.
Que el topo no escarbe más en tu vientre.
Ha venido el poeta, la pintora, el bailarín
para crear
y será un árbol y tendrá flor y dará sombra
y creará el surco donde la vida.
Oscuros pero no.
Que el banquero no se lleve estos dientes de leche.
Ha venido el minero, la cirujana, el labrador
para abrir
y será un pájaro y tendrá horizonte y traerá el vuelo
y más.
(De Menos miedo)
LA TRISTEZA
Todas las madres que soy debíamos hablar
aproximar posturas
organizar un plan de acción para que no se desparramen
leche
lágrimas
suero
medicamentos.
La madre bandada de pájaros que espera la primavera
para regresar a su nido
sentada en la única silla que no está rota.
La madre jeringa de leche para un gorrión se posa
en la ventana.
La madre en carne viva sin ninguna medicina que la cure.
La madre esperanza que ata sus dedos al viento y anhela
la mueca que suture de una vez
la herida.
Todas las madres reunidas alrededor de un cuerpo
que redime
con su escasos centímetros
resolvemos:
hilvanar con un hilo esta tristeza
la desesperación de no ver a LA HIJA
solo un cuerpo que se desborda
e inunda los ojos
la boca
el corazón.
(De La hija)
soy capaz de vivir bajo tierra con tu rostro como única luz
he pactado con los alacranes una dulce muerte para el futuro
solo somos presente y escuchamos el caer del agua en la compuerta
este río es nuestro caudal para todas las estaciones
el trato será permanecer dentro la una de la otra
como crisálidas enamoradas
tú eres mi hija pero yo soy tu hija: guíame
(Inédito, 2015)