Francisco Benedito escribe sobre Travesía, de Lola Andrés:
En una era pragmática, donde el interés general por el significado de lo simbólico ha desaparecido, y no resulta más que una «pérdida de tiempo», podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que el poeta queda embarcado en un viaje hacia lo imposible. Afortunadamente, todavía hay quien hace de esa travesía con incierto destino virtud.
Lola Andrés consigue en este libro alcanzar las gotas de singularidad de la lenta fermentación de palabra (la palabra en su laberinto), restaurando esa significación tan necesaria para entender nuestro lugar exacto en el tiempo. Nos desvela, también, la propia experiencia con una simbología esencial, lo que le permite añadir fragmentos de ilusión, soledad y pérdida al hilo único de la conciencia común.
Travesía se suma así al verso continuo en el que están todas las tradiciones literarias desde el origen, como una unidad precisa en la multiplicidad de la vida.
Porque, o es así, o no hay navegación posible sino naufragio.
Incluimos a continuación algunos poemas de Travesía:
V
¿Qué éramos antes que el animal callara?
El instinto no sabe.
La mordedura sacia el corazón.
Voladores, cansados
lirios
de la nocturnidad:
vasitos de silencio,
murmuradores:
¡velad por vuestros ojos!
Antes era posible
rondar entre cuchillos sin herida.
El instinto latía en la derrota
y ésta urdía la piel de la conquista.
En la entraña del canto
hay vástagos durmiendo.
VI
¿Durante cuántas noches cayeron los sonidos?
Hay huecos en el verbo.
En cualquier verbo
se acopla un aro de vaciedad:
allí sana el deseo
–colibrí,
deprisa, ¿cuándo podré parar?:
durante tantas noches
como el batir de alas: veloz
como el sonido
–pero ¿cuál?
¿qué vibración o gesto?
Hay que salvar la vida,
gruñir sin intervalos,
sin respirar siquiera
–ya corta el pajarito el signo amenazante
quisiéramos su hoz, saciar el aire
del serrín de su tiempo: arena en vilo.
(…)
soy
la respiración
nada
más
la conciencia
no
sirve
respiro
adentro solo
aire
el aire
no se ve
es
un acontecer
no son
si no soy
¿la intuición?
cómo
intuir
una vida
no vista
no oída